La historia de Laboratoires Bailleul comienza en 1939, en los albores de la Segunda Guerra Mundial, tras el encuentro de un farmacéutico, Jean Bailleul, y de un médico, Alphonse Bigou. Este encuentro será el origen de Laboratoires Bailleul.

Tras la firma del armisticio, Jean Bailleul empieza a trabajar en una farmacia, mientras que Alphonse Bigou, por su parte, ejerce como médico de familia. Este apasionado de la investigación se convierte en alumno de Lucie Randoin, secretaria general de la Sociedad Científica de Higiene Alimentaria y segunda mujer en entrar a la Academia de Medicina, después de Marie Curie.

Más tarde, Lucie Randoin y Alphonse Bigou colaboran en el estudio de la cistina y de sus aplicaciones en dermatología.

La L-cistina es un aminoácido azufrado que constituye una forma oxidada estable de la cisteína. Se trata de un componente esencial de la queratina del cabello y de las uñas. Desempeña una función fundamental en el crecimiento del cabello.

El entusiasmo suscitado por estos descubrimientos fue uno de los factores determinantes que llevó a estos dos amigos a crear los Laboratoires Bailleul en 1949.